domingo, noviembre 16, 2008

Casandra tiene nombre de cascabel pero en sus bolsillos no tiene vida. No esconde vida, ni tampoco cascabeles. Solo se sienta a mirar el límite entre el sol y su nariz y a escribir listas, de las cosas que no van y de las cosas que no se pueden nombrar. Casandra guarda pedacitos de papel en una azucarera chiquita, de esas de porcelana de juguete y cuando le vibran los zapatos corre a buscarla y la aprieta fuerte en la mano, a ver si un terremoto le tira su universito. Porque así le dice ella cuando alguien pregunta que qué hacés, le dice que está regando el universito y algunos adentro vieron la más chica de unas mamushkas, pero nadie pregunta nada más; en parte porque no importa, en parte porque tienen miedo de sus ojos grandes y dicen solo con risitas nerviosas.
Casandra tiene el pelo siempre revuelto y una vincha y pide un cortado sin café, después se ríe y después prende un cigarrillo y a fumar cortito y bajito. Le gustan los patos y la música y las personas que van descalzas, pero no sabe hacer reír porque se tiene miedo y se esconde. Se tiene tanto tanto miedo que no dice que no y tampoco se saca las medias cuando hace el amor. Y siempre hace el amor, porque no puede parar de amar, porque nadie le puso nunca una etiqueta y nunca se dejó guardar en una caja y dicen las lenguas que hablan mucho que es un poco fóbica al claustro pero ella hace un gesto de noimporta con la mano y se pone a cantar un tango y se pone a ella misma las células al aire libre, porque eso es amar y porque las medias un día le van a cortar la circulación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Me encantan sus posteos, señorita. Escribe taaaan mágicamente.

ulises. dijo...

hola pichona, mucho gusto en pasar por aquí :)