jueves, julio 30, 2009

Yo estoy perfectamente bien acá sentada. Vos estás perfectamente bien ahí sentado.
Nos miramos un poco, claro, por cortesía un poco, claro. Nos arrancamos la ropa tácitamente cuando nos rascamos la nariz y tenemos muecas un poco sonrientes un poco indiferentes y los ojos vacíos (nos deseamos porque el aburrimiento). Conservamos las distancias, yo prendo un cigarrillo, dos, tres, cuatro y cuando prenda el quinto vas a pedirme uno. Vas a fumar como si toda la habitación cupiera en esos centímetros y cuando el humo y el silencio nos den un clima propicio para sacarnos las medias y acariciarnos los pies, vamos a llenar el espacio con banalidades. Vamos a acomodarnos los cuellos de las camisas y tener una larga, larga, larga conversación desinteresada (vamos a buscar los silencios entre tema y tema, pero no nos lo vamos a decir, claro). La inercia nos va a acercar y nos va a desaparecer la conciencia un rato (vamos a decir poco -y un poco por costumbre-, vamos a transpirar, vamos a mordernos, a sentirnos, a reírnos -yo adentro tuyo y consecuentemente vos adentro mío- y después vamos a dormirnos -y un poco abrazados y siempre vos primero-). Nos vamos a despertar, vamos a besarnos por cortesía, nos vamos a ir para lados distintos y cuando estemos lejos nos vamos a olvidar de lo bien que nos sentimos. Cuando nos volvamos a ver, vamos a gritarnos un poco y vamos a sentarnos y hablar de trivialidades para no hablar de nosotros (ahora además del silencio, nos da miedo parecernos). Y vamos a sentarnos conservando las distancias, nos vamos a creer que no nos parecemos, que el silencio nos es incómodo. Y después voy a creer que estoy bien acá sentada. Y vos por supuesto estás convencido de que estás bien ahí sentado.

2 comentarios:

Dante dijo...

me re gusta. sos re k-apa. firmame el fotolog: fotolog.com/chuppammeunameediaaaa

Eloise dijo...

sísí, sísí